Dailyn Valdivieso es una artista que desborda lo escénico. Su carrera comenzó en Venezuela, creció en la televisión y ahora se expande entre el cine español los proyectos migrantes y su propia marca de café. En su papel como Jimena en Hamburgo, aborda la violencia estructural y la trata de mujeres con una carga emocional que atraviesa el cuerpo y el oficio actoral. También ha trabajado en Ceniza en la boca, dirigida por Diego Luna, y continúa alternando la interpretación con la docencia, la escritura y la producción.
Con honestidad y claridad, Dailyn nos habla de sus inicios, del impacto de migrar, de lo que cuesta sostenerse como actriz y de cómo el arte puede ser un lugar de resistencia y transformación.

Nerea FerGom: ¿Qué le impulsó a dedicarse profesionalmente a la interpretación?
Dailyn Valdivieso: Desde pequeña siempre me interesó todo aquello relacionado con crear… obras de teatro, bailes, coreografías… Era esa niña que siempre estaba disponible para participar en todos los actos culturales del colegio. En la universidad (UCV) empecé estudiando economía por consejo familiar, pero a los tres años no aguanté más y me cambié a Artes Escénicas. También inicié estudios en interpretación y danza. Así comenzó este gran viaje. Hoy ya son más de 15 años.
NFG: ¿Qué aprendizajes se llevó de su etapa en televisión, especialmente con personajes como “La Maracucha”?
DV: La disciplina y el trabajo diario. Tenía un equipo que estudiaba cada noche las escenas del día siguiente, lo que no es tan habitual. El trabajo en equipo impacta directamente en el resultado. Fue una gran escuela.
NFG: ¿Qué le motivó a trasladarse a Barcelona y cómo ha influido ese cambio en su carrera?
DV: No tenía planes de quedarme. Me enamoré de una catalana —con la que me caso el 15 de noviembre, por cierto— y justo coincidió con el estreno de Café con Aroma de Mujer en Netflix, que fue un éxito en España. Se abrieron muchas puertas: manager, reconocimiento, oportunidades… Me sentí a gusto, a pesar de lo difícil que es migrar.
NFG: En Hamburgo da vida a Jimena, un personaje inmerso en una trama dura. ¿Qué le atrajo del proyecto?
DV: Me atrajo la pasión con la que Lino Escalera me presentó el guion, basado en cinco años de investigación sobre la trata. Jimena es una mujer venezolana migrante que termina en prostitución sin poder salir. Es una historia que atraviesa a muchas mujeres en situaciones de violencia, y me pareció muy importante visibilizarlo.

NFG: ¿Cómo fue el proceso de preparación para un papel con tanta carga emocional?
DV: Hicimos ensayos compartiendo investigación sobre la trata en nuestros países. Jimena tiene un gran umbral de tolerancia a la violencia, y grabar en un prostíbulo real, de noche, aportó mucho a la atmósfera. Fue un proceso de mucho vínculo y trabajo con mis compañeras.
NFG: ¿Qué ha significado para usted trabajar bajo la dirección de Lino Escalera?
DV: Todo el proceso ha sido maravilloso. Enriquecedor en todos los sentidos.
NFG: También forma parte del elenco de Ceniza en la boca, dirigida por Diego Luna. ¿Qué puede contarnos?
DV: Fue un sueño. Diego Luna es una referencia para mí. Su forma de dirigir, de vincularse horizontalmente con el equipo, su claridad… hizo que cada una de nosotras se sintiera importante. Me entregué por completo al proyecto. Fue inolvidable.
NFG: ¿Cómo ha vivido el salto hacia proyectos de mayor proyección internacional?
DV: Con mucho agradecimiento. Nunca imaginé comenzar en cine español y luego pasar a una coproducción México-España. También valoro el formato de serie, como pasó con Café, por la visibilidad que da. Estoy muy feliz con todo lo que está ocurriendo.
NFG: Además de actriz, ejerce como docente y ha creado su propia marca de café. ¿Cómo combina estas facetas?
DV: ¡Ni yo lo sé! (ríe). Es muy demandante, pero también necesario. Estuve un año entero sin grabar y eso afectó mi salud mental. Crear Café Aromas y activar mi laboratorio actoral me sostuvo. Todo fue posible también gracias a mi psicóloga Rocío y a mi pareja Lidia. Y sí: ¡les invito a probar mi café! Estoy abierta a feedbacks (y entrevistas sobre emprendimiento siendo mujer y migrante).
NFG: ¿Con qué director/a, actor o actriz le gustaría trabajar en el futuro?
DV: Con los Javis, Penélope Cruz, Almodóvar, Mar Coll, Leticia Dolera… y tengo el sueño de hacer una película en Venezuela, ya sea como actriz, directora o productora.
NFG: Como profesional con visión internacional, ¿cómo percibe el estado del cine hispanoamericano?
DV: En España, siento que hay una intención real de integrar a las mujeres en todos los roles de producción, y eso me da esperanza. También noto que los personajes latinos ya no están tan estereotipados. Aún queda camino, pero vamos bien. Las mujeres migrantes tenemos muchísimo que contar.
NFG: ¿Próximos proyectos?
DV: ¡Todos los que vengan! Estoy esperando respuestas, soñando con no parar, formándome en dirección y dramaturgia, y volviendo a clases de salsa.
NFG: ¿Podría compartirnos una obra artística que le haya conmovido últimamente?
DV: Sí. El libro Vent de garbí i una mica de por, de Maria Aurèlia Capmany, que me acercó al contexto de la dictadura desde una mirada feminista.
También el documental Niños de Las Brisas, de Marianela Maldonado, sobre la realidad venezolana contada a través de diez años de vida.
Y La Mesías, de los Javis. La amé entera.