Padre no hay más que uno, la serie: del fenómeno cinematográfico a la televisión

El cine español ha vivido en los últimos años una de sus historias de éxito más contundentes gracias a Padre no hay más que uno. La saga creada por Santiago Segura no solo ha conquistado la taquilla con cifras millonarias, sino que también ha logrado algo mucho más difícil: convertirse en parte del imaginario colectivo de varias generaciones de espectadores. Sus personajes, situaciones cotidianas y su capacidad para reflejar con humor los desafíos de la vida familiar, han situado a la franquicia como un fenómeno cultural de primer orden.

Imagen cortesía de Atresmedia

Ahora, ese universo da un salto decisivo hacia el formato televisivo. Atresmedia y Prime Video han anunciado la producción de Padre no hay más que uno, la serie, dirigida por Inés de León y protagonizada por Daniel Pérez Prada y Mariam Hernández. El proyecto supone una evolución natural de la saga, que tras cinco películas y más de 11,3 millones de espectadores en salas, expande su historia en un nuevo medio que le permitirá profundizar en sus personajes, ampliar tramas y llegar a una audiencia todavía más diversa.

La serie no solo hereda el ADN de las películas, sino que también se convierte en un laboratorio creativo para experimentar con nuevas narrativas dentro de la comedia familiar, un género que se ha demostrado infalible para conectar con el público español. Con Prime Video como socio estratégico y Atresmedia como altavoz televisivo, Padre no hay más que uno, la serie se perfila como uno de los grandes estrenos del año y un caso de estudio sobre cómo un éxito cinematográfico puede transformarse en un fenómeno multiplataforma.

El fenómeno cinematográfico: de la gran pantalla al corazón del público

Cuando en 2019 se estrenó la primera entrega de Padre no hay más que uno, pocos podían prever que aquel experimento de Santiago Segura iba a marcar un antes y un después en el cine comercial español. La película narraba, con un humor cercano y reconocible, las peripecias de un padre de familia que, de repente, debía hacerse cargo en solitario de sus hijos. Lo que en apariencia era una comedia ligera se convirtió en un espejo en el que miles de familias reconocieron su propio caos cotidiano.

Un éxito inesperado en tiempos inciertos

El estreno de la primera película coincidió con un momento de gran transformación en la industria. Las plataformas digitales empezaban a ganar terreno, el público joven parecía alejarse de las salas y la comedia familiar no contaba con grandes representantes recientes. Sin embargo, la propuesta de Segura demostró que existía una demanda latente: los espectadores buscaban historias que pudieran compartir padres e hijos, capaces de mezclar entretenimiento con un retrato sincero de la vida familiar.

El resultado fue rotundo: la primera entrega superó el millón de espectadores y se convirtió en una de las películas españolas más vistas del año. La crítica, aunque dividida, reconoció la eficacia de la fórmula.

Una saga en expansión

El verdadero fenómeno llegó con las secuelas. Padre no hay más que uno 2 (2020), estrenada en un contexto tan complejo como el de la pandemia, se transformó en un salvavidas para la taquilla nacional, atrayendo a más de dos millones de espectadores en un momento en que las salas luchaban por sobrevivir. La franquicia demostró entonces que no era un éxito aislado, sino un proyecto con capacidad de resiliencia y continuidad.

Las siguientes entregas consolidaron ese éxito: Padre no hay más que uno 3 (2022), Padre no hay más que uno 4 (2023) y la reciente Padre no hay más que uno 5 (2024) no solo mantuvieron el interés del público, sino que lograron un hito histórico: cada una de ellas superó los dos millones de espectadores, algo inédito en el cine español contemporáneo.

En total, la saga ha reunido a más de 11,3 millones de espectadores, convirtiéndose en la franquicia más taquillera de nuestro país en la última década y situando a Santiago Segura como uno de los grandes arquitectos del cine comercial español.

Las claves del éxito

El fenómeno Padre no hay más que uno puede explicarse a partir de varios factores:

  1. Identificación con el público: las historias de caos familiar, conciliación y crianza resonaron con una amplia base de espectadores.
  2. Humor accesible: Segura supo construir una comedia blanca, entendible para todas las edades y carente de la acidez que caracteriza a otros géneros.
  3. Ritmo cinematográfico: las películas combinaban gags visuales, enredos clásicos y un montaje ágil que mantenía la atención del público.
  4. Estrategia de estrenos: las fechas estivales fueron claves, convirtiendo cada película en un evento familiar durante las vacaciones.
  5. Efecto saga: el público encontró en la franquicia un lugar familiar al que volver, con personajes que ya sentían como propios.

Recepción crítica y social

Si bien la crítica especializada no siempre fue benevolente con la saga —acusándola en ocasiones de ser demasiado conservadora en su humor—, el fenómeno social fue incuestionable. Las redes sociales y el boca a boca se convirtieron en los mejores aliados de la franquicia, que logró trascender el ámbito cinematográfico para convertirse en referencia cultural.

Además, la saga sirvió como plataforma para visibilizar el papel de los padres en la crianza, un aspecto poco tratado en la comedia española. Aunque desde un enfoque humorístico, las películas pusieron sobre la mesa debates sobre conciliación, roles de género y la dificultad de gestionar una familia numerosa en el mundo contemporáneo.

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