A sus veintitantos, Christian Checa ha vivido más vidas de las que caben en un solo cuerpo. Su carrera comenzó temprano, pero nunca ha perdido el rumbo: con una mezcla de sensibilidad, intuición y trabajo de fondo, ha encarnado papeles que van desde lo emocionalmente roto hasta lo socialmente incómodo. Hoy, con dos estrenos recientes —Votemos y Enemigos— Christian se consolida como una de las voces jóvenes más potentes del cine español.
En esta entrevista con NouArte Magazine, repasamos su recorrido, su forma de trabajar los personajes y lo que, desde su mirada, aún le falta al cine para abrirse de verdad a las nuevas generaciones.

“Esta profesión es una carrera de fondo”
Nerea FerGom: Empezó joven y ha mantenido una carrera constante y diversa. ¿Cuál ha sido el aprendizaje más valioso que le ha dado el oficio hasta ahora?
Christian Checa: He tenido el placer de compartir proyectos con personas a las que admiro profesionalmente y más importante, como son personalmente. He podido aprender muchísimo a lo largo de estos 12 años de profesión. Si tuviera que quedarme con algo, es que esta profesión es una carrera de fondo, y lo importante no es “llegar”, sino saber mantenerse. Es fundamental ser consciente y agradecer el privilegio que es trabajar como actor, rodearse de un buen equipo y hacer las cosas fáciles.
“Busco historias que no te dejen indiferente”
NFG: Ha trabajado tanto en televisión como en cine. ¿Qué le ofrece cada formato como actor y cómo decide qué proyectos aceptar?
CC: Más que el formato, me guío por el proyecto y el personaje. Las series te permiten convivir más con el personaje; el cine lo condensa todo en un tiempo más breve pero muy intenso. Me dejo llevar por lo que me mueva al leer un guion. Quiero formar parte de historias que no te dejen indiferente. Me guío también por mi intuición y por mi equipo. Cuanto más complejo es el personaje, más me interesa.
NFG: ¿Qué tipo de personajes le inquietan más: los que se le parecen o los que le obligan a desarmarse por completo?
CC: Sin duda, los que me obligan a desarmarme. Cuanto más distan de mí, más me hacen plantearme cosas. Y en ese trabajo, también me conozco mejor a mí mismo.
Votemos y el estigma de la salud mental
NFG: Su último proyecto “Votemos” toca fibras sociales muy actuales. ¿Qué le atrajo del guión o del proyecto?
CC: La temática. La salud mental sigue siendo un tabú. Me atrajo el enfoque honesto, y también el equipo. Fue una experiencia muy enriquecedora.
NFG: “Votemos” nace de un cortometraje y una obra de teatro. ¿Cómo fue formar parte de una historia que ya tenía una vida previa?
CC: El cortometraje me permitió visualizar la historia desde la mirada de Santiago Requejo. Aunque mi personaje era nuevo, trabajamos con libertad. Me entendí muy bien con el director, y construimos un personaje lleno de matices.
Enemigos: del dolor a la transformación
NFG: Enemigos plantea que el acosado se convierte en vengador. ¿Qué fue lo más difícil de interpretar a Chimo?
CC: Lo más difícil fue entenderle. Meterme en su mente. También hubo un trabajo físico muy exigente: nueve meses de entrenamiento, perdiendo más de 10 kilos. Para mí, el cuerpo es parte esencial del personaje.

NFG: ¿Le cambió el concepto de “enemigo” tras esta película?
CC: Absolutamente. Me hizo ver que muchas personas no eligen tener enemigos. Y también que aceptar tu vulnerabilidad es una forma de resistencia. La película no justifica la violencia, pero muestra cómo el amor y el entorno pueden salvar o condenar.
“Lo que me enamora de esta profesión es vivir mil vidas en una”
NFG: ¿Christian se quedó con algo de Chimo?
CC: Aprendí que aceptar que se es vulnerable es la mayor de las valentías. Antes lo veía como debilidad. Hoy sé que es lo que nos permite avanzar.
NFG: ¿Qué le mueve como actor al construir un personaje?
CC: Los detalles. Me encanta que un personaje me obligue a pensar, a observar, a crear desde lo real. Me considero inquieto, y cuando un personaje se mete en mi cabeza, es un regalo.
El arte como agente de cambio
NFG: ¿Cree que el cine tiene una responsabilidad social?
CC: No es obligación, pero sí posibilidad. El arte no tiene por qué educar, pero sí puede mostrar realidades, denunciar injusticias o despertar algo en quien lo ve. El cine puede ser un agente de cambio, aunque la decisión siempre será individual.
“Aún faltan personajes complejos para actores jóvenes”
NFG: ¿Cuál es el mayor reto hoy para un actor joven?
CC: Encontrar personajes con capas, con conflictos. Muchas veces se piensa que la profundidad viene con la edad, y no siempre es así.
NFG: ¿Qué le gustaría explorar como actor?
CC: Acción, terror psicológico y comedia. También seguir con cine social. Son géneros que me atraen muchísimo.
NFG: ¿Le gustaría dirigir o escribir en el futuro?
CC: Hoy no. Admiro profundamente a directores y guionistas, y por respeto a su trabajo, prefiero quedarme delante de cámara. Pero nunca digas nunca.
“Aún nos queda mucho por romper en la industria”
NFG: ¿Cree que la industria da espacio a nuevas voces?
CC: Se avanza, pero aún queda camino. Hay mucho talento joven por mostrar. Siento que estamos en el camino, pero hay que seguir rompiendo barreras.
NFG: ¿Con quién le gustaría trabajar?
CC: Rodrigo Sorogoyen. Y actores como Javier Bardem, Carmen Machi, Enric Auquer o Luis Zahera. Aprender de ellos sería un sueño.
NFG: ¿Próximos proyectos?
CC: No puedo contar mucho, pero estoy muy feliz con lo que viene. Votemos ya está en cines desde el 13 de junio. El Gran Salto se estrena en Atresplayer el 29 de junio. Y hay más cosas que pronto podré compartir.
NFG: ¿Algo artístico que le haya conmovido últimamente?
CC: Recomiendo la canción Star Sky de Two Steps From Hell & Thomas Bergensen. Me conecta profundamente. Cada uno tiene su banda sonora emocional, y esta es parte de la mía.