Cada 10 de septiembre se conmemora el Día Mundial para la Prevención del Suicidio, una fecha impulsada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Asociación Internacional para la Prevención del Suicidio (IASP). El objetivo es claro: visibilizar un problema de salud pública que se cobra más de 700.000 vidas cada año en el mundo.
En España, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), el suicidio es la principal causa de muerte externa, superando a los accidentes de tráfico. En 2022, se registraron 4.227 fallecimientos por suicidio, una cifra que crece de forma preocupante entre adolescentes y jóvenes.

“Si algo me ha salvado la vida es el arte”
Hoy, una de las primeras palabras que he escuchado al levantarme ha sido prevención del suicidio. Y he pensado: ¿por qué no escribir sobre esto, aunque este sea un medio cultural y artístico?
Por un lado, siento la obligación de dar voz a este tema en un altavoz como este; por otro, si algo me ha salvado la vida es el arte. El arte es tan necesario como este día de prevención.
El problema es que nos da miedo la palabra “suicidio”. Y eso forma parte del tabú: no nos enseñan que existe, que pasa, que ahora mismo está a la orden del día. Cuando aparece la palabra, cambiamos de canal, dejamos de leer o hacemos scroll en redes sociales. Nadie nos educa, nadie nos prepara, nadie da la visibilidad suficiente. Pero este no es un problema solo de quien lo sufre: es un problema de todos.
Y desde la parte que le toca a este medio, quiero hablar de la importancia del arte y la cultura para la prevención. Una película, un libro, una canción sí que pueden ser refugio. Ver, escuchar o leer historias que nos recuerdan que no estamos solos también es prevenir. Contar historias sobre el bullying, la identidad de género o la salud mental puede ayudar a muchas personas a sentirse acompañadas.
El tabú de la palabra “suicidio”
A pesar de su magnitud, sigue siendo un tema cargado de silencio. La palabra incomoda, genera miedo, y a menudo se evita en conversaciones, medios y redes sociales. Esa invisibilidad contribuye al aislamiento de quienes lo sufren y dificulta la prevención.
Como sociedad, necesitamos derribar el tabú, hablar con responsabilidad y crear redes de apoyo. Y aquí los medios de comunicación tienen un papel esencial: no se trata de esconder la realidad, sino de abordarla con rigor, sensibilidad y acompañamiento.
Arte y cultura como refugio
Más allá de la dimensión médica y social, el arte también puede convertirse en una herramienta de prevención. Una película, un libro o una canción pueden ser refugio y compañía para quien atraviesa momentos de soledad o desesperanza.
El arte ofrece narrativas en las que reconocerse, historias que muestran que no estamos solos, y abre espacios de empatía sobre realidades como el bullying, la identidad de género o la salud mental. Crear, leer, escuchar o mirar arte puede salvar vidas, porque conecta con lo más humano: la necesidad de sentirse visto y comprendido.
Un compromiso colectivo
El suicidio no es un problema individual, es un desafío colectivo. Todos —familias, instituciones, medios y sociedad— tenemos la responsabilidad de abrir espacios de diálogo, ofrecer apoyo y acompañar. Hablar salva, escuchar salva, visibilizar salva.
En NouArte creemos que la cultura y el arte tienen un papel imprescindible en este camino. No solo como expresión creativa, sino como un acto de resistencia y cuidado hacia quienes más lo necesitan.
I believe that is among the so much important info for me. And i’m satisfied studying your article. But want to remark on few common issues, The web site taste is ideal, the articles is really excellent : D. Just right process, cheers
Muchísimas gracias, se puede suscribir a nuestra https://nouartemagazine.com/newsletter/ para no perderse nada.